“Todo va a mejorar” es el título de la última novela de Almudena Grandes que tuvo que concluir Luis García Montero por su fallecimiento hace ya más de un año. Es una novela política de lectura obligada, que nos hace pensar y evidentemente nos hace dudar.
Deja reflexiones sobre la pandemia, la manipulación informativa, la deriva del capitalismo, la importancia de los servicios públicos, la creación de partidos políticos populistas. Cuando ves una película de ficción, o lees una novela, siempre aparece la duda de si la realidad la superará algún día.
Las noticias que van apareciendo día tras día, sobre el intento de la derecha por deslegitimar al gobierno, tome las medidas que tome, tenga más o menos respaldo parlamentario, proponga cambios legislativos modernos que conlleven un progreso más próspero, con más derechos de ciudadanía y con un reforzamiento de los servicios públicos…, nos hacen reflexionar sobre la cultura democrática que tiene la derecha española cuando no gobierna.
La hemeroteca está llena de decisiones políticas y de gobierno del PP, que en nombre del interés general debían ser respaldadas por la oposición, pactos de Aznar con los nacionalistas, hablando catalán en la intimidad, acercamientos de terroristas, denominándolos movimiento vasco de liberación, declaraciones de independencia y referéndum ilegal, cuando aseguraban que no se iban a producir, respaldo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución…, entonces no se hablaba de romper España, todo lo contrario.
Cuando el gobierno es socialista, históricamente, se ha utilizado la misma estrategia, acusaciones gruesas de falta de patriotismo, no aceptación de la reforma de leyes que modernizaban el país, cuestionamiento de las decisiones en política internacional, campaña de desprestigio al presidente del gobierno.
Pareciera que los poderes económicos, judiciales y mediáticos tuvieran la tentación de aplicar lo que con tanto ingenio noveló Almudena Grandes, quién sabe si después del fracaso de la estrategia de la derecha, que con el nuevo liderazgo parece repetir las mismas tácticas que con el antiguo, no surja un Movimiento Ciudadano Soluciones Ya, que engañe a la ciudadanía con la ilusión de más seguridad, más economía y más libertad.
“Estar en libertad, no significa ser libre”. Es una frase que centra la resistencia de la ciudadanía que se opone a los mantras del poder totalitario instaurado por esos poderes que gobiernan en la novela, y de los que quieren gobernar en la sombra en la actualidad. Quizá todos los que compraron ese slogan de la derecha deberían reflexionar, después de ver el funcionamiento de los servicios públicos que gestionan.
Quizá todos los que creyeron en ese slogan deberían preocuparse por lo que sucede con el gobierno de los jueces, después de 4 años de bloqueo, o en el Tribunal Constitucional. Quizá todos los que apoyaron ese slogan deberían meditar sobre si prefieren un gobierno que les suba las pensiones un 8,5%, apruebe nuevos derechos de ciudadanía, cree un mercado laboral que pese a la pandemia tiene el récord de contratos en la historia de este país, consiga el respaldo europeo y el apoyo financiero para modernizarlo. O, por el contrario, prefieren una oposición que siempre lo deslegitima que únicamente pide elecciones anticipadas, una oposición catastrofista que pronosticaba un otoño con los peores datos económicos de Europa…
El análisis de los datos es nítido, en la actualidad no hay un problema de ruptura del país, es la última estrategia conservadora para intentar llegar al poder como sea, porque consideran que les corresponde. No caigamos en la ficción, mejor leer a Almudena Grandes, porque, “El monte no es un lugar, el monte está en todas partes”.
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